Muelas del juicio: todo lo que debes saber
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El término gingivitis se refiere a una condición inflamatoria que puede provocar el enrojecimiento y el sangrado de las encías.
En la mayoría de los casos, la inflamación puede ser desencadenada por una mala higiene bucal, que conduce a la proliferación del biofilm dental en el surco gingival.
La enfermedad de las encías o gingivitis es una inflamación que afecta a las encías, y que puede evolucionar a periodontitis si además afecta al hueso de soporte de los dientes. La gingivitis y la periodontitis están causadas por microorganismos contenidos en el biofilm dental.
Cuando las encías están inflamadas se presentan enrojecidas, hinchadas y de consistencia blanda, a veces con dolor. El síntoma más evidente y reconocible es el sangrado de las encías, que se produce de forma espontánea o durante el cepillado diario de los dientes. El mal aliento también puede ser una señal de alarma que no debe subestimarse, y que puede deberse a una inflamación continua de las encías.
La gingivitis es tratable, por lo que es importante hablar con su dentista y conocer los síntomas y signos antes de que esta afección desarrolle otros problemas.
El biofilm dental es una película incolora que se forma de una manera constante en la superficie de los dientes. Si no se elimina mediante el cepillado diario y el uso del hilo dental, puede acumularse y existe el riesgo de que las bacterias no solo infecten a las encías y los dientes, sino también al tejido óseo que los sostiene, poniendo en peligro su permanencia en la boca.
Por lo tanto, el cuidado de las encías preserva la salud general de la sonrisa y debe considerarse una prioridad.
Entre las causas que pueden favorecer la acumulación de biofilm dental están las anomalías morfológicas o estructurales de los dientes, fracturas radiculares y restauraciones dentales incorrectas.
La evidencia científica muestra que la gingivitis también puede ser causada por factores hormonales – andrógenos, estrógenos, progesterona – y por lo tanto hay mayor riesgo de aparición durante la pubertad y el embarazo. Aunque es menos frecuente, la gingivitis también puede aparecer en la infancia.
La desnutrición y la deficiencia de vitaminas A, B2 y B12 también favorecen su aparición.
La gingivitis es la primera etapa de la enfermedad periodontal. Si el biofilm dental no se elimina, produce toxinas que pueden empeorar la condición e irritar aún más los tejidos, causando periodontitis.
Los síntomas de la gingivitis son:
Cuando el biofilm dental no es eliminado diariamente a través del cepillado, se calcifica y pasa a formar el sarro dental. Este se adhiere tenazmente a la superficie del diente y solo puede ser removido por un dentista o higienista dental en la clínica dental.
En esta fase temprana de la enfermedad, solo se puede reducir el daño y detener el desarrollo de la enfermedad con el tratamiento de la gingivitis.
La enfermedad gingival puede aparecer a cualquier edad, pero es más común entre los adultos. Si se detecta en sus primeras fases, el odontólogo puede tratar la enfermedad de las encías con éxito.
Aunque es poco habitual, la gingivitis también puede provocar fiebre, especialmente en su forma aguda ulcerosa-necrótica, el aumento de la temperatura se debe a la afectación de los ganglios linfáticos submandibulares. También se asocia a esta forma poco común de gingivitis un dolor intenso, especialmente agudo.
La limpieza profesional por parte del dentista es la única manera de tratar la gingivitis. A través de ella se elimina el biofilm dental que se ha endurecido hasta convertirse en sarro.
Esto se realiza con un tratamiento que consiste en sesiones de suavizado y pulido de las superficies de los dientes -corona y raíz- que han sido afectadas por el sarro.
La duración del tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la afección y puede ir desde una sesión hasta 5 sesiones buscando eliminar el sarro dental en su totalidad.
Los dentistas y las higienistas dentales recomiendan, para prevenir la enfermedad de las encías, llevar a cabo una higiene bucal adecuada mediante el uso de cepillo de dientes, pasta de dientes, hilo dental y enjuague bucal adecuado a cada perfil de paciente.
Unos buenos hábitos de higiene oral, aplicados 2 o 3 veces al día, y fundamentalmente antes de acostarse, previenen efectivamente la acumulación del biofilm dental.
También es fundamental acudir de forma regular al dentista para la higiene profesional, al menos dos veces al año, a menos que el dentista indique lo contrario.
La gingivitis puede presentarse de varias formas, incluso algunas están relacionadas con la presencia de otras enfermedades.
Como su nombre indica, la gingivitis hemorrágica es una gingivitis caracterizada por un sangrado profuso. Este tipo de manifestación está especialmente relacionada con la carencia de vitamina C.
Esta forma de gingivitis se desarrolla como resultado de la acción de microorganismos patógenos y la inflamación se manifiesta por la hinchazón y la coloración cianótica de las encías. La gingivitis catarral suele afectar solo al maxilar superior, y da síntomas como un sabor sanguinolento en la boca.
Se habla de gingivitis expulsiva cuando la gingivitis propiamente dicha ya se ha convertido en periodontitis, o piorrea, lo que provoca la inestabilidad del diente implicado.
También llamada gingivitis erosiva, no identifica una patología específica, sino un cuadro clínico en el que se ha desarrollado eritema, erosión, descamación y ampollas en la encía adherente y marginal. Las manifestaciones de esta afección son muy variables, desde cambios leves hasta formas debilitantes.
No relacionada con una acción bacteriana concreta, la gingivitis descamativa aparece en la mayoría de los casos asociada a dos enfermedades: Penfigoide de las mucosas y el Liquen plano. La ausencia de bolsas periodontales ayuda en el diagnóstico a constatar la diferente naturaleza de la patología en comparación con la gingivitis clásica y la posterior periodontitis.
Este tipo es, con mucho, la forma más grave. Se trata de una gingivitis bastante rara pero muy reconocible, que se produce principalmente en personas muy debilitadas y con el sistema inmunitario comprometido, y es más frecuente entre los fumadores que entre los no fumadores.
Los síntomas específicos son:
La gingivitis ulcerosa facilita que la acción de ciertos microorganismos anaerobios afecte la salud del tejido periodontal. Es necesario intervenir a tiempo antes de que pueda degenerar en una gingivitis crónica y dar lugar a más complicaciones.
La causa principal es una mala higiene bucal, que no se realiza diariamente mediante el cepillado y el uso de pastas, enjuagues y el hilo dental. Además de los hábitos de higiene bucal, hay otros hábitos de salud y dietéticos que también influyen en mayor o menor medida en la gingivitis, como el tabaquismo y el alcohol.
La duración de la gingivitis varía de un caso a otro, dependiendo de su severidad y de los tratamientos administrados pudiendo durar desde días hasta meses en los casos más severos.
El diagnóstico debe ser realizado por un dentista o higienista dental tras una revisión. Es típico ser diagnosticado con gingivitis cuando las encías tienen un el aspecto enrojecido e hinchado alrededor del diente y existe sangrado durante el cepillado dental.
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