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El granuloma periapical es la expresión de una infección crónica que se desarrolla en el ápice radicular, es decir, en la punta de la raíz del diente donde se encuentra el paquete vasculonervioso (arteria, vena y nervio) que penetra en el mismo para formar la pulpa dental.
Se manifiesta como una pequeña formación del tamaño de un guisante envuelta en una capa fibrosa que rodea la raíz del diente. Durante el proceso inflamatorio, el tejido pulpar del diente sufre un cambio y se vuelve granular. A veces es perceptible a la palpación de la encía en la punta del diente como una bola blanda y dolorosa.
Los dientes son la parte más fuerte del cuerpo junto con los huesos, pero pueden verse afectados por enfermedades y trastornos al igual que las otras partes del cuerpo. Uno de ellos es el granuloma dental, también llamado granuloma apical o periapical.
Se trata de una inflamación crónica del ápice del diente, la parte más cercana a la mandíbula o al hueso maxilar, generalmente causada por una infección bacteriana que se insinúa en la raíz y se extiende por los tejidos circundantes del interior del diente. El tejido que se encuentra en el interior del diente —que contiene una parte formada por tejidos blandos, llamada pulpa— protege al propio diente de bacterias, cuya presencia en la boca es constante.
En su forma simple, el granuloma periapical pasa desapercibido para el paciente porque es asintomático; de hecho, la infección se cronifica inmediatamente, sin dar lugar a ningún episodio agudo. Sin embargo, si se descuida, el granuloma en el diente —que puede alcanzar el tamaño de una lenteja— puede provocar complicaciones tales como la pulpitis y la necrosis de los tejidos afectados, y en caso de no ser tratada a tiempo derivar en la pérdida del diente. Este tipo de lesión ocurre principalmente como consecuencia de una caries no tratada o de un diente desvitalizado a causa de un traumatismo. En ambos casos las bacterias se extienden en el interior del diente, hasta el punto de destruir las células pulpares.
Dentro de la sintomatología del granuloma periapical se pueden identificar 2 fases:
No siempre es necesario extraer el diente con granuloma en curso: en la mayoría de los casos, si el estado de la infección lo permite, el diente se desvitaliza. Sin embargo, incluso un diente desvitalizado puede verse afectado por un granuloma a lo largo de los años.
La forma más común de granuloma periapical puede permanecer en silencio durante mucho tiempo (incluso años), sin mostrar ningún síntoma.
Sin embargo, cuando está en la fase aguda, el granuloma presenta síntomas como:
Si no se trata, el granuloma periapical puede crear fístulas que causen más dolor.
En los casos más graves, el granuloma periapical también presenta síntomas que afectan a otras partes de la cara, como:
Las causas que conducen a la aparición del granuloma pueden ser:
Los granulomas periapicales deben tratarse siempre, aunque no den síntomas, porque pueden aumentar de tamaño. En estos casos, su presencia suele detectarse a través de exámenes diagnósticos periódicos, como la radiografía o la ortopantomografía, realizados por otras causas. En casos graves, puede incluso provocar la reabsorción del hueso en el que se encuentra, como si se tratara de un quiste inflamado.
Deberán tener especial cuidado las personas que hayan sido sometidas a un trasplante de válvula cardíaca, o que sufran un prolapso mitral o un problema de la válvula cardíaca ya que las bacterias presentes en el granuloma pueden penetrar la barrera sanguínea y, por tanto, infectar estas zonas.
Además de las consecuencias para la salud, si el granuloma periapical se ignora o no se trata a tiempo, el riesgo más «inmediato” es la posible pérdida del propio diente afectado por la inflamación. Y, si bien es cierto que la implantología moderna ha hecho grandes avances, también es cierto que no hay nada más funcional y duradero que un diente sano.
La pérdida de un diente también tiene consecuencias para la salud, como el desplazamiento de los dientes vecinos. Esto puede afectar a la masticación y crear una maloclusión, es decir, una desalineación entre el arco dental superior e inferior.
Para tratar un granuloma, primero es necesario llegar a un diagnóstico correcto: para ello, es esencial identificar la localización exacta del granuloma y su tipo. La forma más inmediata de hacerlo es a través de exámenes radiográficos o una revisión dental, son exámenes no invasivos e indoloros cuyo objetivo es detectar caries, granulomas, quistes y otros problemas.
Aunque se trata de una inflamación, con un granuloma periapical, los antibióticos no siempre serán efectivos porque no pueden tratar una infección profunda como la que se presenta en este caso.
Existen diferentes tratamientos para el granuloma:
Es el odontólogo especialista, una vez realizadas las pruebas diagnósticas oportunas, el que determinará cómo tratar un granuloma de la forma más eficaz, teniendo en cuenta el estado personal del paciente.
Generalmente, un granuloma periapical se cura simplemente desvitalizando el diente, pero si el diente ya ha sido desvitalizado, es necesario volver a iniciar el proceso. Se debe realizar un nuevo tratamiento endodóntico; se reabre la pieza dental, se retira el material usado previamente, se limpian, se desinfectan los conductos y se vuelven a sellar.
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