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Ver productosLa mucositis es una inflamación de la mucosa de la boca y la faringe.
Este trastorno es uno de los efectos secundarios más comunes de las terapias contra el cáncer (en particular, la quimioterapia y la radioterapia), que pueden alterar la integridad de los tejidos orofaríngeos. Además, factores como las deficiencias nutricionales, la mala higiene bucal y el hábito de fumar también pueden influir en la aparición y/o gravedad de los síntomas.
La mucositis provoca enrojecimiento, ardor, dolor, ulceración y dificultad para alimentarse. El proceso inflamatorio también compromete la función de barrera de la mucosa oral y aumenta el riesgo de infección de los tejidos blandos de la boca.
La mucositis puede ser muy debilitante, por lo que es importante intentar prevenir su aparición y reconocer los primeros síntomas para intervenir lo antes posible. En algunos casos, el proceso inflamatorio puede extenderse a toda la mucosa que recubre el tracto gastrointestinal (mucositis del aparato digestivo) y a las vías respiratorias superiores.
La mucositis es la inflamación de la mucosa de la cavidad oral que puede extenderse a toda la mucosa del tracto gastrointestinal y es una complicación frecuentemente observada durante el tratamiento de enfermedades neoplásicas (radioterapia y quimioterapia), que bloquean la capacidad reproductiva de las células epiteliales basales.
La ausencia de células nuevas provoca una disminución de la mucosa, que se vuelve atrófica y propensa a la ulceración asociada a un intenso eritema, dolor, sangrado y mayor riesgo de infección.
Los efectos citotóxicos de los fármacos antineoplásicos sobre los tejidos con alto recambio —como el epitelio oral— y los efectos locales de la radiación sobre la mucosa oral son responsables de esta manifestación que deteriora significativamente la calidad de vida del paciente. Es una patología dolorosa y debilitante que afecta a la masticación, la deglución y, en ocasiones, a la capacidad de hablar, además de ser una causa frecuente de interrupción o retraso del tratamiento del cáncer.
Aumenta el riesgo de hemorragias e infecciones, complicaciones que pueden hacer necesario prolongar el intervalo entre los ciclos de quimioterapia o reducir las dosis de los fármacos.
La mucositis se produce en más del 40 % de las personas que reciben quimioterapia a dosis estándar y en aproximadamente el 75 % de las que reciben quimioterapia a dosis altas. Además, la patología afecta a casi todos los pacientes (90-100 %) que se someten a radioterapia, especialmente de la región de la cabeza y el cuello.
La mucositis aparece 4-5 días después de la administración de la quimioterapia y, por lo general, alcanza su punto álgido 7-14 días después con la manifestación de lesiones ulcerosas.
La etiopatogenia de la mucositis aún no está del todo clara, pero parece que el proceso inflamatorio del epitelio va precedido de daños en el componente vascular y conectivo de la submucosa.
Por regla general, este tejido se compone de:
Además de la quimio y radioterapia, otros factores pueden favorecer la aparición del proceso inflamatorio o influir en su extensión.
Entre ellas se encuentran:
La mucositis puede complicarse en presencia de factores locales que pueden afectar el revestimiento de la mucosa oral, como las infecciones periodontales, las prótesis mal adaptadas y los elementos dentales fracturados o afilados.
Se ha comprobado que el riesgo de desarrollar mucositis en los niños que reciben tratamiento contra el cáncer es mayor que en los adultos. También se ha observado una mayor susceptibilidad a la mucositis grave y duradera en personas mayores de 50 años; esto puede deberse, en parte, a una menor excreción renal de los fármacos utilizados en la quimioterapia.
La mucositis oral es una de las complicaciones más frecuentes asociadas al tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia en la cabeza y el cuello.
Los agentes quimioterapéuticos como el metotrexato, el fluorouracilo (5-FU) y el etopósido son especialmente estomatotóxicos. Estos fármacos inhiben la capacidad reproductiva de las células epiteliales basales, lo que provoca un debilitamiento de la mucosa oral, que se vuelve atrófica y propensa a la ulceración.
En el caso de la mucositis inducida por la radioterapia o la quimioterapia, el primer signo que no debe subestimarse es el eritema, a menudo acompañado de ardor local. Las zonas más afectadas son las superficies internas de los labios, el interior de las mejillas, la lengua y el piso de la boca. Posteriormente pueden aparecer úlceras, hemorragias y dolores intensos.
La mayoría de los pacientes con mucositis también se quejan de dificultad para hablar o tragar debido al fuerte dolor. En estos casos, existe el riesgo de que se produzcan deficiencias nutricionales, y a menudo se prefiere la nutrición parenteral para estos pacientes.
Aunque la intensidad y la duración de los síntomas y signos pueden variar en función del tipo, la duración y las dosis del tratamiento, podemos enumerar entre los más comunes:
El tratamiento de la mucositis está dirigido a aliviar los síntomas. Para controlar el dolor, generalmente se recomiendan enjuagues con soluciones antiinflamatorias, anestésicos locales y antimicóticos para evitar la sobreinfección.
En el caso de un dolor especialmente intenso que impida las actividades diarias normales del paciente, el médico puede prescribir un tratamiento farmacológico con antiinflamatorios no esteroideos, paracetamol u opiáceos.
En general, para mejorar los síntomas de la mucositis, se recomienda tener una buena higiene bucal en casa y, si es necesario, aumentar la frecuencia del cepillado utilizando un cepillo de dientes de cerdas suaves que debe cambiarse a menudo para evitar infecciones.
Si también hay úlceras, el enjuague bucal puede ayudar. También pueden aplicarse localmente geles que ayuden a proteger la mucosa bucal.
Por último, una excelente regla es:
La mucositis después de la quimio o radioterapia es una condición patológica importante, que el médico responsable del tratamiento debe conocer, para tener una visión más completa de la respuesta del paciente a la terapia y también para establecer cualquier corrección en el plan de tratamiento.
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Ver productosSe recomienda una limpieza cuidadosa de los dientes con un cepillo suave, que debe ser sustituido regularmente, pidiendo consejo al dentista desde la fase inicial hasta el seguimiento.
Los procedimientos dentales (desde la eliminación del sarro hasta las intervenciones más complejas) deben realizarse antes de la quimioterapia, ya que la neutropenia y la trombocitopenia por la quimioterapia se consideran contraindicaciones.
El dolor leve puede contrarrestarse con enjuagues con soluciones que contengan un antiinflamatorio o un anestésico, mientras que el dolor moderado o intenso requiere medicación sistémica. Los fármacos más utilizados son el paracetamol, los antiinflamatorios no esteroideos y, en casos más avanzados, los opiáceos.
En la mayoría de los pacientes, la mucositis se resuelve espontáneamente en las tres semanas siguientes a la finalización de la quimioterapia. En los casos más complejos, los síntomas persisten durante más tiempo, con efectos negativos en el bienestar y la calidad de vida del paciente.
Para el diagnóstico de la mucositis, el médico tiene en cuenta los síntomas y las posibles alteraciones de la cavidad bucal tras un examen clínico exhaustivo.
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