¿De qué partes se compone la encía?
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La periodontitis, también llamada piorrea o enfermedad periodontal, es una inflamación avanzada de las encías que afecta predominantemente a los adultos mayores de 30 años.
Al contrario de lo que se podría imaginar, es una enfermedad muy extendida. De hecho, el 15% de la población sufre una forma severa de periodontitis y alrededor del 50% está afectado de diversas maneras. Este es un problema que no debe subestimarse, ya que también tiene un fuerte impacto en la salud general de una persona.
La periodontitis o enfermedad periodontal, es una infección polimicrobiana que afecta al periodonto, es decir, a los tejidos y estructuras que soportan los dientes: encías, hueso y ligamentos periodontales.
La periodontitis daña todos los tejidos periodontales, pero, dependiendo del nivel de infección, tiene diferentes grados de gravedad.
Cuando no se trata adecuadamente, la periodontitis puede evolucionar desde el primer estadio, que puede corresponder a una gingivitis, hasta el nivel más grave de la enfermedad, también denominado periodontitis, que se manifiesta con la pérdida de las piezas dentales más o menos rápida.
Infravalorada, aunque muy extendida, la enfermedad periodontal es una patología muy grave de la cavidad bucal.
Por desgracia, muchos pacientes tienden a pasar por alto los síntomas de la periodontitis y solo acuden al dentista en la fase aguda de la enfermedad.
Los síntomas de la enfermedad periodontal nunca deben subestimarse, ya que siempre conducen al empeoramiento y a la cronicidad de la enfermedad.
Los principales síntomas de la periodontitis son:
Descuidar incluso uno de estos síntomas puede conducir al desarrollo de la periodontitis y al agravamiento de la enfermedad periodontal.
Ante la presencia de uno o varios síntomas, es necesario contactar inmediatamente con un dentista especializado que, mediante un análisis adecuado de la cavidad bucal, pueda correlacionar los indicios detectados con la posible patología.
Las principales causas de la periodontitis son:
Aunque también pueden contribuir factores subjetivos de diversa índole, relacionados con el estado y las características del organismo del paciente, la enfermedad periodontal está determinada principalmente por la falta de un cuidado adecuado, tanto de forma diaria como las visitas periódicas de control al dentista.
Cuando la gingivitis evoluciona hacia la periodontitis, el tratamiento se vuelve mucho más complicado. Solo el dentista y el higienista pueden proporcionar un tratamiento periodontal, que requiere procedimientos dentales especiales y puede requerir cirugía oral. Si el dentista concluye que hay una periodontitis, el tratamiento dependerá de la gravedad de la infección. Las opciones incluyen, entre otras, las siguientes:
Desde la infancia, es posible prevenir la periodontitis, contrarrestar la aparición de sus principales síntomas y evitar un proceso inflamatorio que puede degenerar en una infección bacteriana aguda con unas sencillas medidas:
Al contrario de lo que se cree, la piorrea es una enfermedad que también puede afectar a niños y adolescentes, con distintos grados de patología y, si no se trata eficazmente, puede tener recidivas agresivas en el curso del desarrollo.
Para prevenir la aparición de los principales síntomas de la enfermedad periodontal en niños y adolescentes, es necesario educarles desde pequeños, después de cada comida, en una correcta y regular higiene bucal diaria y someterles regularmente a sesiones de higiene bucal profesional en una clínica dental de confianza.
Desde el punto de vista clínico, en función de los síntomas y la agresividad de la patología podemos tener:
La periodontitis crónica es la forma más común de enfermedad periodontal, y ocurre con mucha más frecuencia en personas mayores de 45 años. Esta enfermedad crónica se caracteriza por la inflamación de las encías y la destrucción progresiva del tejido gingival y óseo. Puede parecer que los dientes se alargan, pero en realidad las encías se retraen gradualmente.
La periodontitis crónica provoca una reacción inflamatoria de los tejidos que soportan el diente. Provoca la pérdida de adherencia y la reabsorción ósea y se clasifica como enfermedad infecciosa. Se diagnostica con mayor frecuencia en adultos, aunque también pueden desarrollarla niños y adolescentes. Para evaluar su gravedad, nos fijamos en el porcentaje de focos afectados (especialmente visibles por la hemorragia): si se trata de un 30% o más, se dice que es generalizada y si el 30% o menos de los focos están afectados, es localizada.
La periodontitis ulcerosa-necrótica es una forma muy grave, caracterizada por la presencia de verdaderas úlceras a nivel de la encía, con necrosis de todo el aparato de soporte del diente. Aunque es poco frecuente se produce en la edad adulta joven, habiendo una mayor incidencia en los países en desarrollo, con factores de riesgo como la desnutrición grave, la ausencia de higiene bucal, la depresión inmunitaria y las enfermedades sistémicas crónicas. Junto con los síntomas típicos, también pueden aparecer fiebre, aumento de los ganglios linfáticos cervicales y malestar general.
La periodontitis agresiva es una forma poco frecuente que afecta principalmente a niños o ancianos; se caracteriza por un proceso destructivo bastante rápido y extenso, que afecta especialmente a los incisivos y molares.
La periodontitis es una inflamación oral crónica que provoca la destrucción progresiva de la estructura dental. Normalmente, la periodontitis se desarrolla como resultado de una gingivitis inadecuadamente tratada que forma «bolsas» en el tejido periodontal en las que se asientan microorganismos más dañinos que los típicos de la gingivitis.
No hay un tiempo estipulado en la duración de la periodontitis, pero, cuando se diagnostica y se trata a tiempo, las posibilidades de recuperación aumentan considerablemente. Por eso es muy importante entender las causas y los síntomas de esta inflamación.
Lo ideal es que el diagnóstico sea lo más precoz posible: si se nota un sangrado de las encías o un aumento de la movilidad de un diente, es aconsejable acudir cuanto antes al dentista, que podrá reconocer la patología y aplicar el tratamiento más eficaz para detener su progresión.
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