Muelas del juicio: todo lo que debes saber
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El mucocele es un quiste de la glándula salival que se caracteriza por la acumulación de secreción mucosa.
Su aspecto es similar al de una burbuja llena de líquido espeso y blando de tamaño variable.
El mucocele oral se origina en la mayoría de los casos en los labios, pero también puede producirse en otras partes de la cavidad oral como la lengua, el paladar o parte superior de la boca o el suelo oral.
Estos quistes son bastante comunes y solo un pequeño porcentaje de casos requiere cirugía u otro tratamiento.
El mucocele o quiste de la mucosa oral aparece como un bulto o hinchazón transparente en los labios, la lengua, el paladar o las mejillas y ocasiona frecuentemente molestias en la boca al hablar o comer.
Actualmente, se considera la lesión benigna más común de la cavidad oral. No es más que un pequeño quiste lleno de mucosidad que se forma en las regiones donde están presentes las glándulas salivales menores. Los estudios estiman que el 96 % de los mucoceles se originan en el labio inferior.
Esta lesión no se transmite a otras personas y se asocia a alteraciones en la producción de mucosidad y saliva de la mucosa oral. En la mayoría de los casos, el mucocele se resuelve espontáneamente.
El mucocele puede ser superficial o profundo, con un tamaño que va desde un par de milímetros hasta 3 centímetros.
Histopatológicamente, se observa un fenómeno de extravasación de mucina rodeado de una respuesta de tejido de granulación, con numerosos histiocitos espumosos. Los mucoceles son más comunes en niños y adultos jóvenes.
En general, reconocemos dos tipos de mucocele, según la causa:
Con menor frecuencia, puede estar condicionado por otros factores como:
Los síntomas no suelen ser dolorosos, especialmente si el mucocele es pequeño. Si es doloroso, solo suele ser sensible al contacto directo. Como la mayoría de las lesiones quísticas, el mucocele puede resolverse espontáneamente, permitiendo el drenaje del líquido acumulado en su interior, o puede requerir un drenaje quirúrgico.
Estas lesiones pueden reaparecer y en caso de que sean de gran tamaño o molestas es aconsejable recurrir a uno de los diversos procedimientos de extirpación disponibles.
La consulta con un especialista es esencial para evaluar el estado de la boca y comprender el curso de acción correcto a seguir (también dependiendo de dónde se produzca el mucocele). Entre otros exámenes, es posible realizar:
El tratamiento del mucocele varía en función de la sintomatología, la localización y la utilidad del propio tratamiento.
Algunas formas superficiales sufren un proceso de regresión espontánea y, por tanto, no requieren tratamiento, resolviéndose por sí solas al cabo de poco tiempo.
Sin embargo, en algunos casos es necesario aspirar el contenido del mucocele (una opción que no garantiza su completa resolución) o realizar una escisión quirúrgica completa del mismo.
La opción quirúrgica está indicada en los casos en que el mucocele representa una alteración estética o funcional incapacitante para el paciente.
Si no se trata, el mucocele puede durar varias semanas o meses, con un comportamiento caracterizado por una regresión periódica seguida de una recidiva o una ruptura espontánea, con emisión de un líquido mucoso fibroso.
La extirpación quirúrgica del mucocele crónico o su marsupialización va seguida de la curación y permite la prevención de recidivas, así como el restablecimiento de la canalización fisiológica del conducto hacia la cavidad. Las técnicas endoscópicas se practican cada vez más para evitar cicatrices, deformidades estéticas, parestesias y otros efectos secundarios.
El mucocele es una afección benigna e indolora que causa molestias en la boca. Desaparece rápidamente y no representa un problema de salud grave. Sin embargo, este tipo de lesión no debe tomarse a la ligera, ya que su recurrencia y persistencia podría ser un signo de patología cancerosa.
Por lo tanto, no hay que dudar en consultar a un especialista en caso de que los cambios en la boca persistan en el tiempo o si se añaden otros síntomas, como dolor y sangrado. Los médicos y los dentistas son los únicos capacitados para hacer un diagnóstico y prescribir un tratamiento.
El mucocele oral suele estar causado por un traumatismo en la cavidad oral, como lesiones labiales accidentales o mordeduras de estrés, piercings, rotura accidental de una glándula salival, uso de aparatos de ortodoncia o cirugía oral previa.
Si no se trata, el mucocele puede durar varias semanas o meses, con un comportamiento caracterizado por una regresión periódica seguida de una recidiva o una ruptura espontánea, con la emisión de un líquido mucoide filamentoso.
A través de la visita al dentista, quien suele realizar un examen clínico identificando las características de la lesión, que habitualmente responde a una tumefacción móvil, fluctuante y asintomática, cuyo tamaño oscila entre unos pocos milímetros y unos pocos centímetros, con una consistencia tenso-elástica, una superficie lisa y un color rosa azulado, y que suele estar localizada en el labio superior e inferior, el suelo bucal y la mucosa de las mejillas.
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