¿Qué tener en cuenta para elegir el mejor cepillo de dientes eléctrico?
Con el fin de asegurar una correcta higiene bucodental, hoy en día existen múltiples tipos de cepillos dentales entre los que elegir. Si además quieres...
El quiste periapical representa aproximadamente dos tercios de los quistes dentales diagnosticados.
Se localiza con mayor frecuencia en la zona anterior de la mandíbula y, en la mayoría de los casos, es completamente asintomático. Su tamaño varía de 5 mm a algunos centímetros: por término medio, es inferior a 1,5 cm.
Los quistes periapicales están causados por la necrosis de la pulpa dental. Significa que el tejido blando situado debajo de la capa más dura y resistente del diente pierde su vitalidad, reduciendo el suministro de sangre, oxígeno y nutrientes. Esta afección puede generar un quiste en el ápice de la raíz, el extremo del diente dentro de la encía.
También llamado quiste radicular es sin duda el quiste más común en los dientes. Los quistes periapicales suelen desarrollarse como resultado de una serie de enfermedades infecciosas que afectan a los tejidos internos del diente. Cuando no se trata a tiempo, puede crecer significativamente hasta el punto de causar incluso daños muy graves en el hueso.
Si el quiste radicular aún no es extenso, se puede tratar la pieza con una endodoncia. En algunos casos, el dentista tendrá que proceder a la extirpación quirúrgica del quiste radicular o, en los casos más graves, a la extracción del diente.
Muy a menudo, el quiste radicular se presenta de forma casi totalmente asintomática y solo un examen radiográfico podrá diagnosticarlo correctamente. Sin embargo, el quiste radicular maxilar puede tratarse de forma segura, por lo que es mejor reservar revisiones periódicas en las consultas dentales.
Hay varias circunstancias que pueden conducir a un quiste periapical:
La lesión apical puede adoptar una forma crónica, cuando, tras una lesión aguda, el agente infeccioso que la causó no ha sido completamente erradicado, o cuando no es lo suficientemente fuerte como para causar una reacción aguda.
El diagnóstico de un quiste periapical es inicialmente difícil porque no presenta síntomas. Para detectarlo, de hecho, el médico necesitará una radiografía panorámica y/o periapical. El quiste puede crecer con el tiempo y mostrar dolor, inflamación de las encías, hinchazón del labio y halitosis.
Cuando el quiste radicular está en fase aguda presenta síntomas como:
Si no se trata, puede crear fístulas en el arco dental, causando más dolor.
En los casos más extremos, los síntomas de un quiste en el diente comienzan a afectar también a otras partes de la cara, con:
Los principales tratamientos para eliminar un quiste periapical son:
La cirugía para eliminar los quistes radiculares es bastante rápida (unos 30 minutos) y se realiza con anestesia local. El procedimiento no es doloroso y primero se realiza un drenaje para eliminar el líquido seroso del quiste y luego se elimina el epitelio para evitar que el quiste vuelva a formarse. Solo en los casos más graves es necesario extraer el diente.
Después de la cirugía, es importante iniciar un tratamiento con antibióticos y seguir una dieta blanda durante unos días.
Posteriormente, es necesario realizar revisiones periódicas para evitar recidivas.
Hemos mencionado que uno de los síntomas de un quiste periapical es la inflamación de las encías. En este caso, uno de los remedios más eficaces es el gel o enjuague de clorhexidina, conocido por sus propiedades antisépticas y que se puede aplicar directamente sobre la encía.
El mejor remedio para evitar la formación de quistes periapicales es, como siempre, la prevención. Una cuidadosa limpieza diaria de la cavidad bucal, de hecho, es fundamental para combatir la aparición de quistes y otras muchas patologías.
Para evitar el desarrollo de un quiste periapical, lo mejor es acudir a consultas periódicas con el dentista, quien podrá atender cualquier problema a tiempo.
En el día a día, es importante mantener una higiene bucal adecuada cepillando los dientes tres veces al día con pastas dentífricas y enjuagues bucales adecuados para cada situación.
También es importante realizar una higiene adecuada del espacio entre los dientes utilizando la seda dental o el cepillo interdental, pues en esta zona suelen acumularse muchos microorganismos que pueden iniciar las enfermedades antes mencionadas.
Sus causas más comunes son la caries dental mal tratada, traumatismos dentales o tratamientos endodónticos defectuosos.
Aunque a veces puede ser impresionante y molesto, es importante saber que es benigno y no suele producir consecuencias en otras áreas del cuerpo. Su eliminación es inevitable.
A menudo la única solución posible es la cirugía, que se realiza con anestesia local y dura 30 minutos.
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