El uso de antisépticos orales en odontología

El uso de antisépticos orales ayuda a los pacientes que acuden a la clínica dental a mantener una buena higiene oral y prevenir enfermedades bucales. Estos antisépticos se encuentran en diferentes productos como pueden ser los enjuagues bucales, las pastas dentífricas y los geles dentales que de forma habitual contienen agentes antimicrobianos que ayudan a reducir la carga microbiana en la boca.

Es competencia del profesional de la clínica dental orientar al paciente hacia la selección del producto que más beneficios le brinde, dependiendo de su estado de salud y responsabilidad del farmacéutico conocer las diferentes alternativas que tiene a su disposición, para poder orientar al cliente que lo necesite dentro de su farmacia.

Hoy en día la oferta de productos para la salud bucal es muy amplia y por eso, es importante conocer ciertos aspectos clave que harán nuestra selección más sencilla.

¿Qué son los antisépticos bucodentales y cómo actúan sobre los microorganismos que causan las enfermedades bucales?

Hablamos de productos químicos utilizados para prevenir y controlar la proliferación de microorganismos en la cavidad bucal gracias a la presencia de compuestos activos que inhiben el crecimiento de bacterias, virus y hongos.

Los antisépticos bucodentales resultan muy útiles a la hora de prevenir infecciones y promover una cicatrización adecuada de los tejidos tras procedimientos dentales como extracciones de dientes o cirugías periodontales. También ayudan a reducir y prevenir la acumulación del biofilm dental, la inflamación de encías o la gingivitis, la caries, entre otras enfermedades.

¿Cuáles son los principales tipos de antisépticos bucodentales?

Entre los antisépticos bucodentales más utilizados por profesionales del sector, encontramos la clorhexidina que destaca por sus propiedades bactericidas y bacteriostáticas que le permiten eliminar bacterias e inhibir al mismo tiempo su crecimiento, y el cloruro de cetilpiridinio con propiedades antiplaca y antimicrobianas.

Otros agentes antisépticos comunes serían: el triclosán con propiedades  antibacterianas y antifúngicas; los fenoles por su acción contra una gran variedad de microorganismos, incluyendo bacterias y hongos; el agua de mar debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias naturales además de los minerales y oligoelementos que la forman; el peróxido de hidrógeno, más conocido como agua oxigenada, con propiedades antimicrobianas; y algunos aceites esenciales como el aceite de menta, de árbol de té y el de clavo por sus propiedades antimicrobianas.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada antiséptico bucodental?

Las propiedades de cada antiséptico bucodental definen su eficacia para combatir ciertos microorganismos bucales, aunque también pueden provocar efectos adversos o no ser compatibles con otros productos, como medicamentos.

• La clorhexidina es eficaz en la reducción del biofilm dental y la prevención de las enfermedades periodontales, periimplantarias y las complicaciones tras una cirugía oral. Se recomienda que se utilice por un tiempo determinado que variará dependiendo de la concentración de este antiséptico, puesto que a largo plazo podría producir alteraciones del gusto y coloraciones dentales.
• El cloruro de cetilpiridinio también se utiliza para el control del biofilm dental y la prevención de las enfermedades periodontales. Su espectro microbiano de acción es inferior al de la clorhexidina, pero puede utilizarse por tiempo prolongado lo que le hace una alternativa ideal para la higiene bucal diaria.
• El triclosán ayuda en la inhibición del crecimiento de bacterias orales, aunque existen dudas sobre su posible contribución a la resistencia antibiótica. En algunos países se ha restringido su uso en productos bucodentales.
• Los fenoles son eficaces contra diversos microorganismos, incluyendo bacterias y hongos, pero también se ha limitado su uso en productos de uso diario debido a su sabor desagradable y posible toxicidad si se ingieren en grandes cantidades.
• El peróxido de hidrógeno puede ayudar a reducir la carga bacteriana en la cavidad bucal, a pesar de ello, un uso prolongado puede causar irritación de los tejidos bucales y decoloración dental.
• Los aceites esenciales ayudan a proporcionar un aliento fresco, aunque su efectividad puede variar. Deben ser diluidos adecuadamente para evitar irritaciones y algunas personas pueden presentar alergias.

Debemos tener en cuenta que el uso adecuado de cualquier antiséptico bucodental ha de seguir tanto las instrucciones del fabricante como las recomendaciones de un profesional de la salud.

¿Cómo elegir el antiséptico bucodental más adecuado?

La elección de un antiséptico bucodental u otro dependerá de la situación específica de cada paciente y sus preferencias individuales.

En casos de gingivitis y dependiendo de su severidad, podemos recomendar enjuagues bucales con clorhexidina o cloruro de cetilpiridinio que ayudan a reducir el biofilm dental y controlar la inflamación gingival. La clorhexidina también ha demostrado en múltiples estudios su eficacia en la reducción de la carga bacteriana y la inflamación asociada con la periodontitis, las cirugías periodontales o de colocación de implantes dentales.

En el caso de los tratamientos de ortodoncia o como antiséptico de prevención y protección diaria, el más idóneo por sus propiedades es el cloruro de cetilpiridinio, con demostrada eficacia en la prevención de la gingivitis y de las caries, las enfermedades comúnmente relacionadas a los pacientes portadores de ortodoncia.

Para el alivio de las aftas bucales, se recomienda el uso de ingredientes calmantes y antisépticos suaves, como el aloe vera o el ácido hialurónico que ayudan a incrementar la velocidad de recuperación.

¿Cómo se debe usar el antiséptico bucodental?

El uso correcto del antiséptico bucodental garantiza su eficacia y minimiza posibles efectos adversos por lo que los dentistas, higienistas dentales y farmacéuticos juegan un papel fundamental en la educación del paciente y en la selección del producto más recomendable de acuerdo con las necesidades individuales de cada persona.

Por lo general, se recomienda utilizar una dosis suficiente para cubrir toda la cavidad bucal, entre 10-15 ml en el caso de los enjuagues y 2/3 del cabezal de un cepillo dental en el caso de pastas y geles bucales.

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La frecuencia de uso varía dependiendo del antiséptico, de la presentación recomendada y del estilo de vida del paciente, siendo habitualmente dos o tres veces al día.

¿Cuándo se debe evitar el uso del antiséptico bucodental?

Los antisépticos bucodentales pueden no ser siempre apropiados como en pacientes que presentan alergias a uno o varios componentes del producto, por ello es importante recabar esta información en la historia clínica del paciente o preguntarlo en el caso de la recomendación en farmacia.

Otra situación en la que debemos tomar precauciones sería durante el embarazo ya que algunos ingredientes pueden tener un potencial riesgo para el feto en desarrollo. Del mismo modo, deberemos tener cuidado durante la lactancia dado que algunos componentes pueden ser absorbidos y pasar a la leche materna. En caso de dudas, recomendamos visitar e-lactancia: ¿Es compatible con la lactancia? una fuente fiable de información al respecto.

Por último, niños y niñas menores de 6 años pueden utilizar antisépticos como la clorhexidina o el CPC siempre que la situación lo amerite, como en caso de enfermedad y/o traumatismos orales.

¿Cómo se debe combinar el antiséptico bucodental con el cepillado dental y el uso de hilo dental o cepillos interdentales?

El cepillado dental debe ser la base de una buena higiene oral por lo que debemos instruir a nuestros pacientes a realizarlo de forma apropiada al menos dos veces al día, durante al menos dos minutos cada sesión con movimientos suaves y circulares que cubran todas las superficies de los dientes, incluyendo las superficies de masticación.

Para contribuir en la eficacia de ese cepillado, se recomienda utilizar pastas dentales con los ingredientes activos apropiados de acuerdo con su situación individual, dentro de los que se encuentran los antisépticos ya mencionados y otros de gran importancia como el flúor, eficaz en la prevención de la caries dental.

Tras el cepillado, es recomendable utilizar enjuagues bucales siguiendo las instrucciones del producto en cuanto a cantidad y duración. De esta manera, aseguramos que el principio activo recorra todas las áreas de la boca, incluidos espacios interdentales y lengua.

Es importante realizar cada uno de estos pasos de forma regular y adecuada para mantener una buena higiene oral.