Afecciones bucodentales

Pericoronaritis

La pericoronaritis es una inflamación aguda de la encía que rodea a un diente que está en proceso de erupción.

El proceso patológico afecta a los tejidos blandos, y aparece con mayor frecuencia durante la erupción de los terceros molares inferiores y superiores (las llamadas «muelas del juicio»), a la derecha y a la izquierda del arco dental respectivamente.

En el caso de la pericoronaritis, la encía aparece hinchada, enrojecida y dolorosa en el lugar afectado. A menudo, el dolor se extiende a toda la zona angular de la mandíbula y se hace especialmente intenso durante la masticación. En presencia de una pericoronaritis aguda, el dolor también puede irradiarse al oído y al cuello.

La causa principal de la pericoronaritis es la falta de espacio en el arco dental para la erupción del diente que queda incluido y/o parcialmente cubierto por la encía.

¿Qué es la pericoronaritis?

La pericoronaritis se refiere a la inflamación de los tejidos que rodean al diente y a la inflamación aguda de la encía que rodea a un diente en fase de erupción.

En el caso de la pericoronaritis, hay un enrojecimiento gingival. Además, la encía inflamada y enrojecida suele provocar dolor en la zona afectada. A menudo, el dolor se extiende a toda la zona de la mandíbula y se hace especialmente intenso al masticar. En caso de pericoronaritis aguda, el dolor puede extenderse también al oído y al cuello.

Por lo tanto, la terapia dependerá en gran medida de la gravedad y la sintomatología e implicará diferentes opciones. Por lo general, se utilizan antibióticos y antiinflamatorios en la fase aguda, combinados también con técnicas específicas de cuidado bucal como enjuagues con colutorios a base de clorhexidina, limpieza con un cepillo, etc. La solución definitiva a la pericoronaritis es, en cambio, la extracción de la pieza dental o la cirugía periodontal, la selección de un tratamiento u otro la hará el dentista evaluando cada caso en particular.

Como veremos en el siguiente apartado, los fenómenos inflamatorios que subyacen a la pericoronaritis también pueden ser inducidos por la presión sobre el diente en erupción, los traumatismos mecánicos y la acumulación de residuos alimenticios en el hueco pericoronal o bajo el opérculo. Puede verse favorecida por las bacterias orales presentes entre el diente y la encía, lo que da lugar a un proceso infeccioso.

Causas

La pericoronaritis está causada por la inflamación aguda de la encía que rodea la corona de un diente en proceso de erupción (incluido o no totalmente erupcionado).

Las pericoronaritis más comunes son las de las muelas del juicio (terceros molares), sobre todo las inferiores: si estas no encuentran su espacio eruptivo, quedando incluidas o parcialmente cubiertas por la encía, pueden dar lugar a la formación de un espacio, en el que las bacterias pueden anidar fácilmente y dar lugar a una infección.

Factores desencadenantes y promotores

Los factores que pueden predisponer y mantener el proceso inflamatorio son:

  • Infecciones. La puede ser desencadenada y sostenida por una infección. Las bacterias normalmente presentes en la cavidad oral pueden penetrar en el espacio entre el diente y la encía, colonizándolo y provocando la inflamación de los tejidos adyacentes. En algunos casos, la infección activa asociada a la pericoronaritis puede evolucionar hacia un absceso pericoronal (pus) o una celulitis facial odontógena. Estos procesos patológicos también pueden extenderse a la garganta o a la mejilla.
  • Residuos de alimentos. Los fenómenos inflamatorios subyacentes a la pericoronaritis pueden verse favorecidos por la acumulación de partículas de alimentos bajo el opérculo o en el espacio pericoronal.
  • Traumatismos y factores irritantes. Si la muela del juicio superior sale antes que la inferior, puede impactar en el opérculo, aumentando la irritación. Por lo tanto, la pericoronaritis puede ser promovida por la presión del diente en erupción y el traumatismo mecánico (por ejemplo, morder el opérculo con el diente opuesto).
  • Posición de los dientes y razones anatómicas. La pericoronaritis también puede producirse cuando la distancia entre el germen del diente y la zona de erupción es demasiado amplia. Otras veces, no hay espacio para que la muela del juicio encaje.

¿Quién corre más riesgo?

La pericoronaritis está asociada principalmente a la erupción de los molares mandibulares (muelas del juicio inferiores), por lo que la inflamación afecta predominantemente a quienes tienen entre 15 y 24 años.

En los niños pequeños, la enfermedad puede aparecer durante la dentición, inmediatamente antes de la erupción de los dientes de leche.

Síntomas

Los principales síntomas son:

  • Dolor en un lado de la cara.
  • Encías inflamadas y enrojecidas.
  • Mal sabor de boca causado por el pus en los tejidos afectados.
  • Dificultad para abrir la mandíbula (trismo).
  • Dificultad para tragar (disfagia).
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y dolor de garganta.
  • Pérdida de apetito.

En el lugar de la erupción del diente, es típico que se produzca dolor en la mandíbula, molestia que aumenta con la masticación. Al mismo tiempo, la encía se enrojece y se hincha. La pericoronaritis puede entonces agravarse, provocando un dolor más intenso hasta el oído, lo que puede provocar un fuerte dolor de cabeza.

La pericoronaritis se asocia a una amplia gama de síntomas y, dependiendo del estadio, la inflamación de la pericoronaritis puede ser de dos tipos:

  • La pericoronaritis aguda se produce casi siempre de forma repentina y es de corta duración. Esta forma afecta al colgajo pericoronal y a las estructuras adyacentes.
  • La pericoronaritis crónica se produce periódicamente alternando con largas remisiones. El diagnóstico de la pericoronaritis crónica puede ser difícil porque puede presentar pocos síntomas, pero algunos signos del proceso inflamatorio son evidentes cuando se examina la boca durante una visita al odontólogo.

 

Tratamiento

Los principales tratamientos son:

  • Medicamentos analgésicos.
  • Enjuague bucal a base de clorhexidina.
  • Antibióticos a base de amoxicilina.
  • Cirugía
  • Extracción de piezas dentales.

Existen tres tipos de tratamiento para la pericoronaritis, según el estadio de la patología: primero, se controla el dolor y luego se trata la inflamación o la infección pericoronal. Después de eso, el tejido gingival subyacente puede ser eliminado con una cirugía oral menor.

Se pueden tomar analgésicos a base de ibuprofeno para tratar los síntomas y aliviar el dolor. Si la infección está localizada y no está extendida, el dentista suele realizar una limpieza dental completa de la zona con anestesia local. A continuación, puede prescribir enjuagues diarios con un colutorio a base de clorhexidina para mantener la zona.

Para los casos más graves, en los que se pueden observar inflamación de las encías o fiebre, se recetan antibióticos a base de amoxicilina.

Cuando se quiere mantener el tercer molar en boca, se puede realizar una cirugía menor para eliminar el colgajo de carne superpuesto. De este modo, se limpiará la zona con mayor eficacia y se evitará la acumulación de restos de comida y bacterias. El riesgo, sin embargo, es que el colgajo vuelva a crecer y el problema se repita posteriormente.

El remedio más eficaz suele ser la extracción de la muela: este método elimina cualquier posibilidad de que la infección de la muela del juicio vuelva a aparecer en el futuro.

El pronóstico suele ser bueno: los síntomas pueden durar días o semanas dependiendo de la gravedad, pero con los remedios y el tratamiento oportunos, el problema puede controlarse y eliminarse fácilmente. La afección debería resolverse en una o dos semanas después del tratamiento. Sin embargo, si no se trata la causa inicial de la infección, es probable que el problema se repita.


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Prevención de la pericoronaritis

  • Mantener siempre una meticulosa higiene bucal diaria.
  • No aplicar demasiada presión al cepillarse los dientes.
  • Utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves para evitar el sangrado de las encías.
  • Evitar el tabaco y el alcohol.

La odontología ofrece muchos remedios para la prevención de la pericoronaritis. En primer lugar, mantener una buena higiene bucal en todo momento y visitar al dentista al menos una vez al año son acciones básicas; evitar el tabaco también puede ayudar, así como el consumo de alimentos saludables.

Cepillarse los dientes con la presión adecuada es muy importante para evitar la inflamación y el sangrado de las encías.

El uso de un enjuague bucal con clorhexidina para aliviar las molestias y cuidar la salud de los dientes, especialmente en caso de encías inflamadas o a menudo sangrantes. La acción especial de la clorhexidina contrarresta la proliferación bacteriana y ayuda a prevenir la formación de biofilm y caries dental.

Siguiendo estos sencillos consejos, es fácil mantener la zona limpia para evitar que el problema se repita y contribuir a una mejor gestión de la situación inicial, al tiempo que se previene la aparición de otras complicaciones como la periodontitis o las infecciones de los implantes dentales.

Sin embargo, si estas medidas no son suficientes y la pericoronaritis tiende a reaparecer periódicamente, puede ser necesario realizar otro tipo de tratamiento.

Más información y referencias

Guía de ayuda

Guía de cuidado de las encías

Consultar

Preguntas frecuentes

La pericoronaritis es una inflamación aguda de la encía que rodea a un diente en erupción. El proceso patológico afecta principalmente a los tejidos blandos y está asociado con frecuencia a los terceros molares inferiores y superiores (las llamadas «muelas del juicio»), a la derecha y a la izquierda del arco dental respectivamente.

El pronóstico suele ser bueno: los síntomas pueden durar días o semanas, dependiendo de la gravedad, pero con remedios y tratamiento tempranos el problema puede controlarse y eliminarse fácilmente. La afección debería resolverse en una o dos semanas después del tratamiento.

En caso de enrojecimiento e inflamación de las encías, siempre es conveniente visitar a su dentista para que le haga un examen exhaustivo. La pericoronaritis, de hecho, tiene síntomas muy similares a los de la periodontitis y la pulpitis, y puede requerir una radiografía de la cavidad oral para ser diagnosticada con certeza.



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